Desde tiempos ancestrales el ser humano ha utilizado las plantas medicinales, completas o partes de éstas, con fines terapéuticos.
Investigaciones científicas actuales, en la búsqueda de nuevas terapias, ante la elevada diversidad de plantas por explorar, han encontrado en los conocimientos etnomédicos un instrumento de información muy potente que ha permitido y permite guiar, la configuración de nuevas prácticas y terapéuticas basadas en lo natural.
Una gran variedad de plantas en todo el planeta y sus extractos, contienen diferentes compuestos químicos con actividad biológica, que pueden producir efectos terapéuticos variados; por lo que hoy día la evidencia científica está llamada a validar el uso popular, por un lado el tipo de investigaciones que se realizan para desarrollar nuevos agentes clínicos presenta algunos aspectos críticos que no deben ser soslayados, a saber; esto sugiere la necesidad de un enfoque multidisciplinario científico y tecnológico, en consideración al uso popular; para abordar la selección de la especie vegetal y el modelo experimental, la preparación de los extractos, el desarrollo galénico y las dosis, las rutas de administración, así como, la sustentabilidad y la propagación de las especies de interés.
De acuerdo a la OMS (1979) una planta medicinal es definida como cualquier especie vegetal que contiene sustancias que pueden ser empleadas para propósitos terapéuticos o cuyos principios activos pueden servir de precursores para la síntesis de nuevos fármacos.
Estas plantas también tienen importantes aplicaciones en la medicina moderna. Entre otras, son fuente directa de agentes terapéuticos, se emplean como materia prima para la fabricación de medicamentos semisintéticos más complejos, la estructura química de sus principios activos puede servir de modelo para la elaboración de drogas sintéticas y tales principios se pueden utilizar como marcadores taxonómicos en la búsqueda de nuevos medicamentos (Akerele, 1993).
Con base en estos hechos, la OMS ha promovido el estudio de las plantas como fuente de medicamentos, dentro del programa ¿Salud para todos en el año 2000¿ (Akerele, 1985). Durante la conferencia de Alma-Ata, celebrada en 1978, se acordó impulsar la documentación y evaluación científica de las plantas utilizadas en la medicina tradicional, abriendo las puertas al diálogo entre la medicina tradicional y la moderna, sobre la base de que las prácticas peligrosas se eliminarían y sólo se promovería lo que fuese seguro y eficaz (Albornoz, 1993; Akerele, 1993).
Contra virus y bacterias
Los estudios comenzaron con un relevamiento de las diferentes plantas medicinales y aromáticas del sur provincial para determinar su posible actividad antiviral. Así, se estudiaron los extractos crudos de 15 especies vegetales de las cuales romerillo, peperina y plántago mostraron una marcada actividad antiviral contra el virus Herpes suis, agente causal de pseudorabia porcina. Actualmente se está trabajando con la peperina con el fin de evaluar su actividad frente a otros agentes virales de origen humano.
A partir de 1996 se incorpora el estudio de la actividad antibacteriana y antimicótica de los diferentes extractos crudos de las especies vegetales citadas.
La peperina, marcela del campo, ajenjo del campo, palo amarillo, doradillo y carqueja fueron efectivos contra bacterias gram positivos, mientras que la peperina, además, mostró actividad contra bacilos gram negativos.
Por otra parte, las decocciones -que consisten en calentar a 100º los vegetales durante 20‘- tuvieron igual actividad antimicrobiana que los extractos crudos. Cabe aclarar que 47 cepas de estafilococos aislados de leche bovina y productores de mastitis fueron inhibidos por marcela del campo.
Los aceites
Desde el punto de vista químico se intenta caracterizar los principios bioactivos de los distintos aceites esenciales. Es conocido que diferentes aceites de este tipo, así como sus componentes puros tienen propiedades antibacterianas y antimicóticas. Los docentes han comenzado a estudiar el aceite esencial de la peperina -que se obtiene por hidrodestilación, con la colaboración de un equipo de la Facultad de Ingeniería, dirigido por el Dr. Miguel Mattea- y éste demostró tener actividad antiviral y antibacteriana. Otros componentes puros tales como timol mentol, geraniol, limonero, Pimeno y 1- 8 Cineol -cedidos por el Dr. Zigadlo de la Universidad Nacional de Córdoba- presentaron una marcada actividad antibacteriana y antimicótica.
Estudios científicos como Spasmolytic effect of aqueous extract of Tagetes erecta L. flowers is mediated through calcium channel blockade on the guinea-pig ileum, reportan y validan el uso tradicional de esta planta para el dolor de estómago, se ha reportado la actividad espasmolítica y el mecanismo de acción de esta planta en un modelo in vitro.
Para mas informacion Checar los siguientes links:
https://www.unrc.edu.ar/publicar/intercien/004/doce.htm
https://www.facebook.com/CienciaAMC/videos/1157068281339936